El 2º trabajo de Hércules
El segundo encargo hecho al héroe fue el de acabar con un monstruo conocido como la Hidra, que vivía en el pantano de Lerna, el cual se decía que era hijo de Equidna y Tifón, igual que el león de Nemea y que por eso estaba buscando venganza por lo que Hércules le había hecho a su hermano. La Hidra había sido criada por Hera y tenía siete cabezas de serpiente, las cuales despedían un aliento venenoso que mataba aún cuando el monstruo dormía. El encuentro se dispuso, nuevamente, con la intención de que el hijo de Zeus encontrara la muerte.
Hércules se dirigió a Lerna acompañado por Yolao, un admirador del héroe y no tardaron mucho en encontrar a la fabulosa bestia. La batalla comenzó y Hércules descubrió que cada vez que cortaba una de sus cabezas otras dos salían a reemplazarlas. Este detalle, el cual causaría el más absoluto horror en cualquiera, apenas alteró el estado de ánimo de Hércules, quien continuó luchando contra la bestia de la misma forma. La propia Hidra comprendió que estaba luchando contra alguien invencible y por eso solicitó la ayuda de un escorpión que logró picar al enemigo en el talón, para luego ser aplastado por él. Hércules, así herido por esa dolorosa picadura, no redujo su furor y continuó lastimando al animal. Con la ayuda de Yolao consiguió tomar una rama encendida y cauterizó las heridas que producía a aquellas cabezas de modo que no podían crecer otras en su lugar; así fue reduciendo el número de estas salvajes cabezas hasta que solo le quedó una, la cabeza central, la cual era inmortal. Hércules tomó una enorme roca y aplastó esa cabeza para que nunca pudiera volver a levantarse y quedara siempre fuera de la vista y el alcance de los hombres.
A pesar de todo este esfuerzo, Euristeo consideró que la ayuda de Yolao había sido importante y por eso no contó este trabajo como válido, por lo cual Hércules todavía debía otros nueve, aparte del león de Nemea.
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Hércules y Yolao enfrentándose a la Hidra de siete cabezas. |